A lo largo de la historia de la Iglesia, ha habido Papas y Papas, y conforme el mundo evoluciona, pese a muchos, el perfil papal también, ya no estamos en la Europa del renacimiento donde Julio II utilizaba venenos, tuvo hijos e intentó poner a uno de ellos al frente del papado, seamos un poco serios.

Entre los zapatos negros y gastados de Francisco ( no hay nada mejor que unos zapatos viejos para andar por la Iglesia) y los del emérito Ratzinguer, hay una banda de color de amplio espectro, zapatos inmaculados, y de un color vistoso, como todo él lo fue, si me pongo a hablar desde el punto de vista estético son bonitos, pero eso es un poco superficial, no digo que Ratzinguer lo fuera, de teología entendía, no estoy yo aquí para quitarle meritos a nadie.
Del anterior " el Papa de la sonrisa" y de la juventud, prefiero no hablar, sus posturas duras para con unos y el haz lo que yo digo pero no lo que yo hago, no eran de mi agrado. Algunos dirán y que hace una laica metida a esto, pues si un religioso puede montar un show politico/mediatico desde el púlpito, un laico puede opinar de la Iglesia, aquí no estamos diciendo nada del otro mundo, ni mucho menos ofensivo.

Para el pueblo llano, sin animo de ofender, el Papa tiene que ser poco menos que un muñeco, con una sonrisa permanente, y dispuesto a coger niños, los Papas han evolucionado en ese sentido, entre el hierático Pio XII y el sonriente JP II hubo un trecho.
El timón de la Iglesia tiene que estar en una mente fuerte y con un equipo no menos fuerte. Yo a Francisco lo veo a veces indeciso,no se atreve a dar los pasos que muchos dentro de la Iglesia esperan.
No es cierto que haya cosas que no se pueden cambiar, ni pueden estar en peleas de gallos sobre si se hace tal o cual liturgia, como si en el cielo estuvieran pendiente de eso. Lo más importante son los hombres, entendiendo por ello, los católicos e incluso aquellos que no lo son, la Iglesia no puede estar condenando día si,día también cuestiones que afectan a la vida de un matrimonio, o metiéndose en asuntos de índole tan personal como pueda ser la sexualidad de cada cual, a veces da la sensación que todo queda reducido a eso, llevamos meses oyendo hablar de Amoris Laetitia, son un poco jartibles.
No todos dentro de la Iglesia se mueven en torno al tema del sexo, hay otra Iglesia, que se preocupa por cuestiones de la vida diaria.
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