Casa de la judería de Fés
Lo que a continuación cuento es una historia real desde
principios a fin.
Corrían los años 30 del siglo pasado cuando una joven judía de 15
años paseaba en calesa por la ciudad acompañada de su padre, se llamaba Alice y
su padre era el hombre más rico de la ciudad, su negocio consistía en la venta
de armas para el sultán, iba a Tanger en aquellos años en plena apogeo y
expansión y le compraba las armas a los americanos, y desde Tanger hasta Fés
era trasladas en caravanas de camello, tardaba varios días en llegar pues hay bastante
kms.
El padre y la hija vivían en el Mehlaj( la judería )y allí
tenían una casa que los de la enciclopedia británica habían elegido para su
pagina dedicada a los judíos de esta ciudad, la recuerdo perfectamente pues me
enseñaron las fotos, pero no se puede decir ni de lejos que todos los judíos del
Mehlaj en aquellos años vivieran asi. La judería de Fés es grande, a mi me
gustaba mucho ir por allí y como estaba a dos pasos de mi casa solía hacerlo
amenudo, justo al lado de la judería se encontraba el cementerio judío moderno,
pues existía uno muy antiguo donde hacía tiempo habían dejado de realizarse enterramientos.
A veces acompañaba a una Sra
llamada Juanita que estaba casada con un
Cohen, el no podía entrar en el cementerio por ser un descendiente directo de
los Cohen o coenís y les está vetada la
entrada al recinto, ella conocía bien el lugar , no era muy grande pero todo
muy pulcro, en un lugar los niños que habían muerto sin ser circuncidados, en
otro los grandes rabinos , había un lugar también para las prostitutas, tumbas
encaladas de blanco con una pequeña chimenea para las velas.
Alice jamás nombró a su madre, en cierta ocasión le pregunté
y de forma seca me dijo: Falleció, no había fotos tampoco en la casa, y no quise
saber más , pues cada cual es libre de contar o callar hasta donde crea
oportuno, era hija única, lo cual era
extraño pues los judíos de Fés tenían en aquellos años una media de 9/10 hijos y
algunos incluso más.
La calesa era la única que había en aquellos años en la
ciudad, pues no hablamos de un vulgar carro tirado por un burro.
Y al cumplir
los 15 años de edad su padre le dijo que había llegado el momento de elegir marido, en aquel entonces las chicas judías se casaban muy jovenes, su padre le
propuso un joven comerciante de té, un hombre de mundo y además guapo, porque Shalon
con 87 ( se llevaban unos 10 años de diferencia pero el se conservaba mucho mejor que ella, es posible que ella sufriera por algo) era un señor apuesto y de mirada picara, le dijo que si no le gustaba no
la obligaría a casarse, pero aquí surge la sorpresa, fue un flechazo, ella
tenía una piel blanca como la leche, los ojos verdes y le pelo cuando yo la
conocí de color zanahoria, de tanta Henna, pero incluso con 80 Alice tenía ese
algo que conservan algunas personas hasta la muerte, cierta majestuosidad diría
yo.
La boda se celebró al cumplir ella los 17. En cierta ocasión
vi una foto de su padre y era un señor de complexión alta, 1:80, mirada severa
y algo triste como si la vida le hubiera jugado una mala pasada, había varias
fotos por la casa pero en ninguna tenía una sonrisa, siempre la mirada severa y
algo dura.
En aquel entonces una boda judía duraba una semana, había un
día para la familia, otro para los hombres, las mujeres, los amigos, y así
hasta llegar a 7, según supe tiempo después ya viviendo en Sevilla la luna de
miel la pasaron en Polonia, la historia es como sigue, yo compartía piso con
una francesa que vivía en Paris y el Sr Chocroum me mandó unos bombones con
ella, y el día que fue a recogerlos le contó una rocambolesca historia de su
luna miel que no es para contar aquí.
El matrimonio tuvo 6 hijos tres chicas y tres chicos, dada
su buena posición económica Shalón construyó una casa en piedra a pocos metros
del Mehlaj y el Palacio del Rey, una casa como ahora sería imposible de
construir, con un sótano para bodas, otro día os contaré lo que sucedió en una
boda que se celebró allí, como había sido presidente de la comunidad en sus
años de madurez pues conocía la vida y milagro de los judíos y a veces tomando el té en la terraza me
contaba historias que a mi me encantaban.
Shalon conocía la medicina de las plantas y tenía buenos
remedios para todo, una vez tuve una intoxicación con pollo y me solucionó el
problema, en cierta ocasión fue al padre de Alice, que ya había fallecido hacía
tiempo, pero estando aún en vida un día se quedó dormido con la estufa de petróleo
pues en Fes hace mucho frío en invierno y por la mañana se lo encontraron “muerto”
vino el medico y certificó su muerte, pero cuando llegó Shalom que estaba de
viaje le exprimió un zumo de limón en la boca y revivió, lo salvó literalmente.
Un día me contó también una historia digna de ser contada por la extraña. Había llegado un rabino procedente de Polonia y él lo había alojado en uno de sus apartamentos, y de forma casual en el transcurso de una conversación Shalom le comentó que había una pareja en la ciudad que llevaban 5 años casados y estaban al borde del divorcio pues ella no había concebido y eso le daba al marido el derecho a divorciarse de ella, entonces el rabino le dijo: ¿sabe si hay alguna circuncisión en ciernes ? pues yo tengo la solución, como las parejas tenían tantos hijos raro era la semana que no se circundaba, le dijo que le guardaran el prepucio de un niño recién circuncidado y con el hizo un guiso,mientras lo guisaba leía unos salmos de un libro y cuando ya estuvo el guiso listo se lo dio a comer a la pareja, un año mas tarde tuvieron un hijo. ¿ casualidad?
Detalle de una casa del Mehlaj
Asi era Shalom, lo que yo llamo un hombre sabio y con
recursos. A finales de los 80 dejé de tener noticias de él, debía rondar ya los
93/96 y entiendo que debió fallecer, ella lo había hecho en el 87 a
consecuencia de un cáncer.
Hay veces que el destino hace jugadas curiosas, que tus
padres te planeen una boda y que los novios se enamoren al verse no suele la
norma, sucedió también entre Juana la loca y Felipe el hermoso solo que en este
caso no terminaron bien, pues todos sabemos el destino de la pobre Juana.
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