Oriente y Occidente son dos mundos distintos, eso lo sabemos los que hemos vivido en algún país árabe, aquí en España el tema se entiende de forma superficial, se limitan a pedir respeto y a intentar integrarlos, pero se equivocan porque son dos formas distintas de entender la vida
La integración no se adquiere con un curso de español o unas charlas, eso esta bien, pero no les interesan, buscan un puesto de trabajo para vivir mejor que en sus países de origen, pero luego la inter relación con los españoles es nula, pongo por ejemplo lo que algunas alumnas me dijeron el año pasado cuando les pregunté si entendían la Tv española me dijeron que no veían cadenas españolas solo árabes, en Francia si ven cadenas francesas y hay un sector minoritario que si esta integrado, son los que llegaron hace años y encontraron un trabajo decente, en Francia hay policías de origen árabe, y negocios muy afincados desde hace tiempo.
Pero la emigración que llegó a Francia en los 60/70 no tiene nada que ver con lo esta llegando desde hace unos 20 años, cuando no es posible vivir en barrios medianamente decentes se termina en guetos, no se puede culpar a Francia, han hecho demasiado desde mi punto de vista, lo mismo que España, y la Sra Merkel por la que no siento ninguna simpatía ha dicho una verdad de Perogrullo: la Sharia no puede estar por encima de la ley.
Europa ha hecho lo que ha podido, pero el problema es que si hay sitio para 10 y llegan 100 sobran 90, y esos 90 como no quieren volver a sus países de origen se van buscando la vida como pueden, hasta que llega algún iluminado y les dice que occidente es el coco, cuando no hay esperanzas y alguien te dice que puedes alcanzar el paraíso te puedes lanzar en picado.
Yo que vivi en Marruecos 35 años y conocí a muchos marroquíes nunca vi esa radicalización, en una fiesta árabe era normal encontrar a españoles, ahora me dice los que allí quedan que eso se acabó, parece haber un rechazo mas o menos manifiesto.
Personalmente siento pena, porque para mi Marruecos es un país muy querido, es como mi segunda patria, allí pasé los mejores años de mi vida, y mi opinión no es aislada, una amiga residente aún en el país me decía lo mismo: Esto esta muy cambiado, nos miran mal, los pocos españoles que allí quedan es porque no tiene posibilidades de vivir aquí.
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