sábado, 3 de enero de 2015

Un Jesuita en S.Pedro

                                                      

Solo un jesuita podía revolucionar la iglesia, fue siempre la Compañía la que estuvo a la vanguardia de la misma, atrás quedan los años en los que Arrupe fue depuesto y Roma colocó a un Preposito (*)a su gusto, fueron años duros para los mas "socialdemócratas"

Ahora vemos a un Papa con sus zapatos negros y su pantalón también negro porque no ha querido abandonar su habitual vestimenta, y aunque el hábito no hace al monje ayuda.

Aquí en España corren malos tiempos para el sector mas conservador encabezado por Rouco, que ya ni pincha ni corta pero tiene su pequeña corte. Rouco fue un hombre de discurso frio y distante que coqueteó con la política y no dudó en sacar a la gente a la calle para "revindicar" aquello que desde sus posturas era lo justo, pero no se le supieron agradecer, Rajoy también es gallego, los gallegos tienen ese punto socarrón que hace que entre ellos se entiendan. Es curioso pero los grandes nombres de la Iglesia en España han venido siempre del norte, desde Ignacio de Loyola, hasta E. de Balaguer, Rouco y hasta el actual Ricardo Blázquez es de Valladolid lejos del sur, todo se queda de Castilla-León hacia arriba.

Francisco el Papa argentino tiene muchos amigos/simpatizantes y mucha gente que le apoya, porque ven en él algo nuevo, no se escandaliza cuando habla de homosexuales, ni cuando habla de divorcio entiende  que el amor va mas allá  de la firma de un contrato, también su solidaridad con los mas necesitados, atrás quedó el boato de Ratzinger con su colección de bonetes antiguos y zapatos naranjas. Pero Francisco también tiene enemigos y están dentro de la Iglesia.

Si el Espíritu Santo no se equivocó Francisco es el hombre que muchos esperaban.

(*) El superior de los Jesuitas recibe este nombre.





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