El sentido de la democracia

Leo con estupor la situación de los partidos políticos en Cataluña, un auténtico maremagnun donde todos quieren tener la última palabra, partidos que dentro de la misma formación unos están por la unilateralidad, otros por un referendum, otros por pactar con cualquiera pero no lo dicen porque realmente no se sabe quien va a ganar, el baile de cifras que dan las encuestas cambian según periódico consultado, porque la prensa arrima votos y ante todo esto algunos partidos que piden hacer un referéndum para consultar a las bases situaciones que realmente las bases no saben porque son cambiantes, y lo que hoy les parece bien mañana les puede parece mal, una cosa fue el 15 M donde la palabra clave fue hartazgo y había gente de distintas ideologías con un objetivo prioritario:manifestar su disconformidad con la situación que atravesaba España, pero el tema de Cataluña no es ni de lejos igual. 

   En algunos dirigentes parece haber una carrera para ver quien es más independentista, gente que se desgañita en los mítines gritando proclamas independentista y un público enfebrecido que necesita de ellas, porque la diferencia marca.
  Otra novedad del independentismo aunque ya hace algunos años que existe, es lo de poner a un emigrante en sus listas, este es el caso de Najat Driouech, una joven marroquí que va en el numero 9 de las litas, se puso el Yihab hace 9 años y esto también es una buena baza. 

    No estamos en el ágora atenienses donde todo se discutía y tampoco se hacía entre todos. Todo el mundo no sabe de todo, y la gente puede votar por fanatismo, mimetismo y otros cuantos ismos.

  Los partidos o mejor dicho algunos partidos no llevan un programa claro en cuanto a si independencia si o no, sino que van mutando en función de las circunstancias y eso les puede pasar factura en las urnas.
     En democracia se puede hablar, discernir, manifestarse, pero no se puede ir en contra la leyes del país o de la constitución por no estar de acuerdo.