lunes, 11 de septiembre de 2017

Peñafiel y sus reinas

Mientras espero un libro procedente de Francia sobre los años "perdidos" de Lenin en París y que tengo mucho interés en leer, decido adentrarme en otra cosa bien ajena al líder bolchevique, yo diría antagónica, Reinas, Princesas y hadas madrinas.

Si algo ha entendido el periodista experto en casa reales, es que la época de la endogamia pasó a mejor vida, el ultimo de la saga fue el Conde de Barcelona, que aconsejaba a su nieto un matrimonio como "Dios manda" o las casas reales mandan, de haber vivido hubiera fallecido de un disgusto.Peñafiel hace algunos comentarios que él también olvidó en su momento, al Rey se le justificará cualquier error, a ella no, sin tener en cuenta que no fue educada para ello.
Los matrimonios monárquicos hasta bien entrado el S.XX, eran sin amor,salvo alguna excepción ( el zar y su esposa María Alexandrovna) y duraban toda la vida porque no había nada que romper, me acuerdo de un comentario de un vecino judío de la ciudad de Fes: los matrimonios por alianza ( así llamados en francés)duran toda la vida, pero había algo que olvidaban, ellos encontraban un  buen apaño, y ellas se quedaban de sufridoras.

Comenta Peñafiel, la de biografías inventadas que se han hecho en este siglo, para sacar de donde no había, Marichalar y Urdangarin, a la madre le encontraron no se que parentesco con la nobleza belga, pero los matrimonios por amor tampoco garantizan la felicidad, como sucedió con Diana o Carolina.La respuesta que parece no encontrar Peñafiel, es fácil, el amor no tiene porque durar siempre, es una burda mentira, otra cosa es que sigan juntos por motivos varios.

La primera en ser analizada es la Reina Sofía, lo que hubo fue un chispazo  y los chispazos duran el tiempo en que los cables se enfrían;antes hubo otro enamoramiento Harald de Noruega, pero el nórdico ya tenía su corazón ocupado por una costurera llamada Sonia, dice Peñafiel que el futuro está escrito, idea que comparto.Según Peñafiel el encuentro de Juan Carlos y Sofía fue el de dos corazones rotos, aunque hay otra versión según la cual Franco le dijo: las griegas, la que mas te guste.Irene era guapa en su juventud a tenor de unas fotos que vi, a Franco nunca le gustó la italiana (Titi de Saboya) demasiado libertina, para la moral del régimen.

La descripción que hace Peñafiel de J.de Marichalar es la de un aristocrata amante del blasón, dice además que el matrimonio se vino abajo por el ictus, bueno es una opinión, hay otras.En todo caso fuera por los motivos que fuera, cuando tomó la decisión debió haber motivos e hizo bien, solo los ñoños de turno critican estas decisiones.En cuanto a Cristina dice que nació con mala estrella, vuelvo a decir lo mismo son opiniones,mala estrella es otra cosa D.Jaime y perdone que le contradiga.
      Peñafiel se hace una pregunta ¿ porqué le perdona las infidelidades? yo esa pregunta me la hago con todas aquellas que no dependen del marido, no solo de la Infanta. Y prefiero no seguir ahondando en el tema de Iñaki, de Cristina y de los NOOS.

Y de nuevo el destino y Letizia, no fue el único que se enamoró de una presentadora, también el sultán de Brunei lo hizo de una.

    Un día viendo el telediario Felipe le confesó a su madre: mama me he enamorado de la presentadora , creo haber encontrado a la mujer de mi vida.A muchos, dice Peñafiel, que ahora anda más comprensivo,les hubiera gustado que Letizia con 30 años no hubiera tenido pasado, una virgen inmaculada digo yo, pero entonces no creo que Felipe se hubiera enamorado de ella.

En este repaso de reinas, aparece la madre de Juan Carlos, una boda concertada y desdichada. Los avatares de la monarquía británica los he pasado por alto,nunca me han interesado.

El marido de Beatriz de Holanda una historia de amor con final algo triste cuando se supo que tuvo un pasado nazi, y triste porque él tuvo la enfermedad del olvido.

Un libro en mi opinión superado a día de hoy, porque de Letizia, el Rey emérito y otros coronados se ha escrito ya mucho^.

Peñafiel dice algo en el libro que me ha extrañado, lo escribo tal cual lo dice. A Silvia Somnerlath ( Silvia de Suecia) se la investigó y de haber hecho lo mismo con  Letizia, hoy no estaría donde esta. Pues tengo que decir que el CNI investigó a Letizia Ortiz y elaboró un informe del que algunos escritores han hablado, pero no había nada que hacer, el Príncipe estaba enamorado y la Casa Real transigió. _Estaba predestinada.

Carlos Gustavo se enamoró como un chiquillo de la cantante  Camila Hanemark a decir de Peñafiel y quiso incluso dejar el trono, osea que no solo es el español.

No se a cuantas mujeres les gustaría estar en la pernada real, sea del sueco o del español, pero creo que muchas menos de las que Ud imagina. Hay mucho mito sobre la erótica del poder y aún menos si la erótica es real.Siguiendo con el sueco no sabía que Sofia Hellqvist había sido striper, pero las monarquías actuales han evolucionado de forma sorprendente, eso no significa que lo tengan que hacer mal, pero el nivel cultural para mi es necesario, no podemos comparar a ciertas princesas con otras.

La prensa española tampoco es tan cortesana y babosa en el momento actual, hace unos años sí.Y muchos detestamos esa disculpa constante, no solo por parte de la prensa sino de un sector de los  monárquicos (palabras de Peñafiel)

Otra sufridora fue la  emperatriz  Farah Diva, al parecer antes de morir el Sha comentó que en sus últimos días hablaba amargamente de los americanos y que su peor error fue escuchar los consejos de estos,,el pueblo a decir de Farah no estaba para tanta modernidad, cuando se dio cuenta era demasiado tarde.

Noor no podía faltar en el elenco, si convirtió en Reina viuda porque el cáncer evitó el divorcio, Hussein tenía a otra en mente, una periodista del Diwan . Y Rania no sale bien parada. Ser Reina en Jordania es vivir entre los dimes y diretes de la corte hachemí.

Me quedo con una frase: no es verdad que las desdichas dependan más de lo que somos, que de  lo que sucede. Y yo añadiría, una mezcla de ambas.

Y quiero añadir algo sobre un comentario que hace el autor puesto en boca de Oscar Wilde: a mi dadme  lo superfluo , que de lo necesario ya me ocupo yo , o mal expresado o mal traducido,el comentario lo hizo el Rey sueco, y es que ellos no pueden decir siempre lo que piensan; yo añadiría que un poco de superficialidad no viene mal, no podemos estar todo el dia hablando de temas trascendentes porque nos volveríamos locos.


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