viernes, 26 de septiembre de 2014

Cosas de mi tierra (Larache)

                                                                        


Cuando uno habla de su tierra no es objetivo, lo he oído en personas procedentes de pueblitos sin ningún encanto, pero era su tierra.

Ya he hablado en alguna que otra ocasión de la ciudad donde nací: Larache, he contado recuerdos siempre buenos, allí viví  muchos años y aunque no tengo nostalgia pues yo soy de las que pienso que ningún tiempo pasado fue mejor, si necesito a veces recordar la ciudad.

A una golosa empedernida como yo hablar de dulces es todo un festín. Recuerdo que en los 70 tan solo había una pequeña pastelería que hacia dulces morunos, el resto hacían pasteles españoles, Tranche,  Montecatíne  y alguna mas, pues eran pastelerías que habían pertenecido a pasteleros españoles, y los nuevos dueños siguieron la tradición, también eran buenos, pero el dulce moruno,,, es otra cosa, es un trabajo de filigrana a veces, son almendras, miel, finas hojas de pasta de arroz (Ouerka) aquí ahora las hay en el Corte Ingles.
                                                                      
                                              Cuernos de gacela

Es un dulce muy trabajado y que te invita a un segundo y a un tercero, yo los adoro y aprendí a hacer los celebres cuernos de gacela, aunque mi preferido es el M'Hencha, una especie de rueda hecha con  finas hojas de Ouerka y rellena de pasta de almendras. Cuando tengo que llevar dulces a algún sitio siempre opto por los cuernos porque no fallan, gustan a todos.

La artesanía con sus variantes es excelente desde el cuero hasta las alfombras y colchas de cama, en mi ultimo viaje vi preciosidades, las babuchas algo incomodas para los occidentales son coloristas y han evolucionado a lo largo de los años.
                                                                
                               Explosión de color en cualquier mercado

Las angulas de la ciudad fueron siempre excelentes, y  por las tarde en el pequeño Zoco había puestos de pescado procedentes de pequeños barcos, no es la mejor ciudad de Marruecos, pero había diversión un Club Nautico, un Casino que tuvo épocas gloriosas, la Unión Española un centro de recreo algo mas popular, porque si algo distinguió a la ciudad es que siempre fue muy clasista, con los años esto se fue diluyendo...

Hoy muchos larachenses españoles vuelven una y otra vez, fue con la llegada de internet cuando se produjo el reencuentro, en estos últimos años ha habido y no se si sigue habiendo encuentros de españoles que vivieron allí.                      
                                                           
                                                    M' Hencha
No soy nostálgica, y no he querido ir a esos encuentros porque yo fui de las ultimas en salir (1989) cuando la ciudad tenia cierto aire de decandéncia,  se que han construido sin ton ni son y han desaparecido edificios históricos que creo era algo innecesario, los nuevos constructores no han querido conservar la tradición arquitectónica de la ciudad, se que hay muchas pastelerías de dulces árabes, aunque nunca se puede decir de esta agua no beberé no creo que vuelva.

                                                              
                             Orejas de Amán (Oznei Aman en hebreo)

  Estos últimos son de tradición judía, pero también los hacen algunos árabes, se les llama Oreja de Aman, y hay que remontarse a la Biblia, Aman llegó un dia a su casa con invitados y no había dulces para ofrecer, la mujer se inventó uno con lo que tenia en casa y le puso el nombre de Orejas de Aman, pueden ir rellenos de pasta de dátiles, mermelada e incluso chocolate, en todas las casas judías los hacen , incluso los judíos de Cuba.
                                   

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