domingo, 13 de agosto de 2017

Fidel a nueve meses de su muerte

Aún no hace un año de la muerte del invicto comandante y en Cuba nada ha cambiado, entre la Cuba de los 60 y la actual no hay muchas diferencias, las tiendas son una autentica reliquia, las mismas estanterías y básculas de los cincuenta/sesenta. 

El comandante en jefe nunca quiso estatuas porque el sabe lo que pasa con ellas, llega un momento en que son derribadas, pero el culto a la personalidad existió y continua existiendo. El " amor vasallo" del pueblo cubano a Fidel no existió ni en la Rusia soviética, aunque hubiera estatuas de Lenin y Stalin. Fidel organizó el tinglado de otra forma, a los niños se les enseñaba desde pequeños que Fidel era el "padre" al que el pueblo le debía todo, y el pueblo lo asimiló bien. Siempre me he preguntado si el cubano que tanto bendice a Fidel, me refiero a los fidelístas de la Isla, son realmente sinceros.

Pero quien verdaderamente lo difinió fue Roberto Fernández Retamar, quien dijo de él que era un autentico encantador de serpientes , y así lo he visto yo siempre. Yo es que nunca lo vi con buenos ojos, y quizás eso influya en mi perspectiva sobre él.Pero todo esto quedaría tirado por tierra si Cuba fuera hoy una gran nación, y los detractores del comunismo tuvieran que tragarse sus palabras, pero lo cierto es que Cuba quedó anclada en 1959, solo hay que ver que ni las básculas han sido cambiadas.



Hoy reposa en el cementerio de Sta Ifigenia, quiso ser incinerado, porque Fidel sabia el trajín que siempre ha habido  en Cuba con los huesos de muerto.Una guardia de honor cambia cada 30 minutos de su tumba.



Cuanta parafernalia para un muerto que no dejó vivir a la gente en paz.


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