jueves, 22 de febrero de 2018

Enamoramientos funestos

Estar enamorado produce una estado de euforia interna que nos hace ver las cosas de forma distinta, sonreímos más, los ojos desprenden cierto brillo y el mundo parece de color de rosa. Todo esto es bonito y agradable.

Si además se va a cumplir el sueño de formar familia, pues más todavía.El problema es que a veces el enamoramiento viene por una parte, la otra tiene otras cosas en mente, aunque tengan hijos, estos a veces se convierten en moneda de cambio. Puede sucederle a ambos, no es exclusivo de un solo sexo.

Comento esto a raíz de un divorcio que se avecina largo y penoso, de un personaje del mundo del deporte archi conocido. A veces los otros, sean familia o amigos, o ni lo uno ni lo otro, ven lo que el enamorado/a son incapaces de ver. Gente que tiene gancho, por su personalidad generalmente, a veces el físico acompaña, otras no, pero da igual.

El deseo de formar familia, de tener hijos obnubila a una de las partes, y la otra saca provecho. La familia se formó, lo que venga después puede ser de pesadilla. Para eso hay buenos abogados, capaces de lograr un certificado médico diciendo que una de las partes no anda bien de la cabeza, todo vale si hay buenos dividendos.

Los padres para colmo, no siempre desde luego, pero a veces también pueden tener intereses monetarios, aunque haya amor, la pela es la pela. Triste historia,la de algunos/as.

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