lunes, 20 de noviembre de 2017

La EMA se fue. Es el precio de la república secesionista.

Barcelona no será la sede de la EMA, la agencia europea del medicamento, y era la mejor posicionada. Madrid ha hecho todo lo posible para que se decidieran por ella, pero no ha sido posible. No se trata ahora de buscar un culpable que por supuesto lo hay,la decisión de Puigdemont que no vive nada mal a las afueras de Bruselas en una villa de lujo, la van a pagar los de siempre, y salpica a otros, hoteles, restaurantes, Palacio de Congresos, y todo lo que conlleva en servicios subsidiarios, como la contratación de azafatas entre otros. 
   El nacionalismo-soberanista va dejando un rastro trás de si nada bueno. Puigdemont y el resto de parlamentarios tienen su sustento asegurado, no dependen del turismo, ni de ferias y congresos, pero la hostelería si.
   No se si todo esto hará reflexionar, no a los políticos que van a su bola, sino a todos aquellos que dependen de otros para su sustento. Hay cosas que no salen gratis.

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